Repasando los precios de partida del iPhone resulta exultántemente aparente que no va a ser el teléfono para adolescentes «k abln n sms», ni de amas de casa que lo usan eventualmente, ni siquiera de profesionales autónomos que lo necesitan para estar en contacto con sus clientes.
En el rango económico que Apple lo ha situado mas bien es un dispositivo dirigido a enamorados de la tecnología que siempre quieren estar a la última, amantes incondicionales de la marca de la manzana y, quizás, a entornos corporativos.
Para tecnoadictos y maqueros seguro que el iPhone cubrirá sus expectativas, pero ¿y para el entorno corporativo de empresas?
Según ya sabemos, el iPhone no va a disponer inicialmente de un entorno de seguridad compatible con intranets empresariales como si proporcionan otros fabricantes. Esto es un hándicap importante para su adaptación a entornos corporativos que, si le sumamos la ínfima implantación de los sistemas de Apple hará que se genere cierta desconfianza del cliente empresarial hacia el dispositivo iPhone.
Otra gran carencia es la no inclusión de algún software de, al menos, visualización de archivos de hoja de cálculo, procesadores de texto o al menos PDF. Una pequeña implementación de la Suite iWork, quizás algún acuerdo con Google para incluir una versión reducida de sus aplicaciones web, algúna solución tipo Documents to Go, o soluciones similares podrían cubrir este espacio que el cliente corporativo está acostumbrado a disponer cada vez mas en Smartphones y PDAs, y en un segmento de precio similar e incluso inferior al del iPhone.
Esperemos que Apple no desestime este sector tan importante, sin el cual las ventas del iPhone quedarían relegadas a un mínimo impacto, solo cubierto por maqueros impenitentes y tecnoadictos ilusionados.