La apuesta por el software libre no es una cuestión de ideologías, aunque a algunos se lo parezca, pero si de principios. No soy especialmente «talibán» del código abierto, pues muchas veces no me queda otra que usar software propietario por cuestiones de utilidad, y no tengo tiempo ni conocimientos suficientes como para encontrar o crear una alternativa libre, pero si que apuesto por el software de código libre siempre que es posible, y lo promuevo por sus virtudes, que superan sus inconvenientes, sobre todo a medio y largo plazo.
Es por ello que prefiero usar WordPress a Blogger (gratis no es libre), por ello prefiero NeoOffice a MS Office, por ello prefiero The Gimp a Photoshop, y muchos más ejemplos.
Pero bueno, que no te quiero soltar un rollo, porque en este vídeo se explica muy bien, y de manera que cualquiera puede entenderlo (espero que tu también):
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Privativo es una palabra mucho más acertada que «propietario» para definir el software que no es libre. Todas las acepciones de la palabra propietario se refieren a personas, no a objetos. Por el contrario, la segunda acepción de la palabra privativo da exactamente en el clavo con respecto a la naturaleza de esa clase de software.