Actualmente no se concibe una campaña política sin actividad en medios sociales, sin una estrategia social media bien definida y coordinada, seguro que en eso estamos de acuerdo.

Lo que no consigue el mismo consenso es el impacto real de la actividad en redes sociales en los resultados efectivos de una campaña política. Pero si algo tengo claro es que marca diferencias y, sobre todo, actualmente es imprescindible integrar el ciberactivismo en cualquier campaña electoral, inseparable del resto de acciones de comunicación.

¿Motivos?, varios, y poderosos …

… Concentrador de la militancia …

La acción en redes sociales convierte a cualquier militante en parte integrante de la estrategia de partido, pudiendo sumar voces al objetivo común de ganar representación política en la sociedad para tu partido.

Lejos de la «política de pancarta«, de carácter identitario, unidireccional, pasivo y grupal, el activismo online es personal, omnidireccional e interactivo, más cercano al ciudadano.

Todos y cada uno de los activistas se sienten implicados y partícipes de las acciones de campaña, haciendo suyo el mensaje del partido político desde el momento en que las difunden desde sus perfiles sociales y blogs personales.

… Métricas en tiempo real …

Mediante el «ClicActivismo» cada militante es parte de un todo a la hora de conseguir resultados visibles. Además estos resultados son medibles, gracias a la trazabilidad de la web mediante herramientas especializadas de seguimiento y tracking de buzz social y analítica web, algo imposible en los soportes tradicionales.

Con herramientas como Politweets, Change.org o Elections 2.0 se obtiene una visión inmediata del impacto de las campañas de ciberactivismo político. En la red las encuestas son en tiempo real y los cambios visibles.

… (des)Desafección con la política …

Uno de los efectos más poderosos de la actividad en social media de candidatos electorales es que rompe la barrera con el ciudadano, comunicando directamente con sus posibles futuros votantes, sin intermediarios.

Los perfiles sociales llevados de manera personal por candidatos políticos recuperan un espacio perdido durante años: el contacto y respuesta a sus auténticos «jefes«, los ciudadanos, ofreciendo un entorno donde asumir compromisos y rendir cuentas, de manera directa y personal.

No está suficientemente demostrado que el Social media en las campañas electorales convierta followers en votantes pero rompe la barrera entre político y ciudadano, y eso es mucho más de lo que han conseguido históricamente los medios tradicionales (en realidad es justo lo contrario).

… Cost killing …

Una de las características inherentes de toda campaña en social media es el ahorro de costes comparada con una campaña en medios tradicionales (prensa, radio, TV). Aunque no se puede prescindir del resto de medios tradicionales para llegar a toda la población mediante la actividad en medios sociales se cubren espectros muy amplios a un coste realmente bajo.

Y, lo que es mejor, hay visión del ROI de la campaña, al contrario que en la inmensa mayoría de los medios tradicionales.

… Segmentación …

Las campañas políticas en social media llegan especialmente al segmento más joven de la sociedad, actualmente desafecto de los medios tradicionales, pues lo consideran un espacio más personal, cercano y en el que el usuario tiene la capacidad de decidir qué mensajes ver y cuales no, incluso cuales le gustan.

Mediante el targeted advertising y el behavioral targeting se pueden llevar los mensajes de campaña al público exacto al que están dirigidos, evitando ruido innecesario y rechazo por parte de los usuarios.

Los medios sociales ofrecen herramientas de segmentación que ni han estado ni estarán disponibles para los medios tradicionales de comunicación.

… Tráfico distribuido …

Un efecto colateral de las campañas políticas en social media es que tarde o temprano, si se consigue un impacto suficiente en redes sociales, terminan obteniendo visibilidad en los medios tradicionales, fagocitando de este modo al resto de medios.

Cada vez es más habitual que las versiones digitales de la prensa tradicional incluyan bloques de información en tiempo real de las campañas electorales, que naturalmente emanan de la actividad en redes sociales. Igualmente, no se concibe actualmente ningún debate electoral que no trate de concentrar su difusión mediante #hashtags de Twitter, microsites electorales o fan pages dedicadas.

El círculo se cierra cuando las ediciones en papel o los informativos de televisión difunden los hitos electorales en las redes sociales, algo relativamente sencillo debido a la pasión del periodismo por las métricas y su natural inclinación hacia los titulares, algo que los mensajes cortos de las redes sociales no solo requieren sino que prácticamente exigen.

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