¡Menudo fin de semana nos espera!. Ni aunque se hubiesen puesto de acuerdo les habría salido mejor, y los frikis y amante de lo friki están de enhorabuena porque tienen dos días para la memoria.
Empezamos mañana con esa verguenza de festival de EuroRisión, donde salvo los países recién incorporados, y ya ni siquiera esos, el resto … o mandan al último promocionable de la casa de discos amiga del político de turno o envían a lo peorcito de la casa para que, al menos, se hable de ellos.
Este año España no solo no manda a ningún intérprete de calidad sino a alguien que ni siquiera es cantante, músico o nada que se le parezca sino nada menos que un producto de un programa de televisión hecho expresamente para denostar el concurso de Eurovisión, y que, con la aquiescencia del resto de televisiones, políticos estúpidos, incluso intelectuales de tres al cuarto, resultó ganador en una elección cuanto menos dudosa, donde un simple seguimiento daba claramente con el origen de los mensajes de votación: la misma empresa que promocionaba el engendro.
Y no es que me parezca ninguna maravilla el formato de otros años, donde se enviaba a lo mejor de los «triunfitos«, pero al menos eran chavales que iban con ilusión, con ganas de hacer quedar bien a su país, y tratar de labrarse una profesión en el mundo de la canción. Al menos le ponían ilusión.
Pero ahora, ¿que nos espera? ¿otros 6 meses de «Baila el ChikiChiki«?. ¡No, por Manitú!. Si hasta la publicidad de «contexto» de los blogs ha estado atiborrada de «chikilicuatre», este incluido. Y nada, por mas que te lías a quitar a un anunciante te salen otros 10 apuntándose al carro de la popularidad de esta … chorrada.
Quizás lo que mas me ha sorprendido es el «frikismo» de las mentes pensantes de este país, que han pasado de alabar el «bel canto» a hablar de las virtudes del «chikismo«, a ilustrarnos con la bondad democrática con la que este reprensentante de todos nosotros ante el resto de Europa (arrgggg) ha ganado su puesto en las listas de la no-canción europea. Desde socialistas hasta peperos alaban esta «gilipollez», he oído a sociólogos en la radio hablar de las virtudes del enganche social de la canción, pensadores sesudos invocando la esencia del poder popular de esta canción salida «del pueblo«. ¡Anda ya!. Verguenza me dáis.
Desde ya anuncio que no veré Eurovisión, ya se que os la trae al pairo, pero no van a contar con mi audiencia en un concurso en el que ni los mismos que se supone que lo promueven respetan.
Si que escudriñaré, no obstante, y no con poco interés, el Día del Orgullo Friki que se celebra justo al día siguiente, y espero no ver a mucho Chikilipedorro por ahí, que al menos se mantenga la esencia del frikismo tradicional (¡uy lo que he dicho!).
Chikisaludos a todas y todos (¿véis, ya se me escapó?)
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A este país le encanta hacer el ridículo y vilipendiar a lo serio, todo ello siempre en público.
Un abrazo.
!que vergüenza! españa merece ser representada por alguien que ame nuestro pais y sepa mostrar una imagen seria !viva españa!
Qué decir, yo no recuerdo habérmelo pasado tan bien últimamente como viendo el festival con mis amigos en el cumpleaños de uno de ellos.
Al que tomó la decisión de seguir adelante con el Chikilicuatre, me temo que doce millones de espectadores de audiencia le contempla.