¿Cuantas veces has estado a punto de tirar la toalla y dejar de escribir?. A veces la misma presión de tener lectores puede llegar a bloquear tu inspiración para escribir sobre aquello que te motiva habitualmente. En otras ocasiones es simplemente que te sientes seco, vacío, con la sensación de no tener nada que decir o de que ya lo has dicho todo.

En mi caso es algo especial pues paso de rachas de escritura casi compulsiva, en las que las ideas salen a borbotones como sangre arterial y no puedo parar de escribir, mientras que hay momentos en que me sobrecoge el abatimiento bloguero y siento que no tengo nada que decir.

typewriter.jpg

Hasta ahora vengo superando esta inconsistencia en mi modo de comunicar programando (retrasando) la publicación de mis artículos. De este modo compenso unas rachas con otras y ofrezco al lector una dinámica de atención y lectura mucho mas razonable y coherente que la loca infrecuencia de mi musa.

Si alguna vez ves acercarse este sentimiento y quieres estar preparado para la ocasión puedes utilizar estos trucos, que suelo utilizar para contener mi natural efervescencia e inconsistencia, y puede que te ayuden a tener siempre afinada la punta de tu inspiración y ofrecer material a tus lectores.

Por supuesto, esta lista es una propuesta de ideas no la panacea universal. Son simplemente trucos que utilizo a modo personal y que puede te ayuden de algún modo.

1. Organízate

No hay un modo de organización o gestión del tiempo para cada persona, pero debes encontrar el tuyo propio y adaptarlo a tu medio de publicación, ya sea este un blog, un libro, artículos periodísticos o un fanzine.

En mi caso, me he auto-impuesto la disciplina de ofrecer como mínimo un artículo diario en el blog, y es esta misma obligación la que me motiva a no perder la perspectiva de esta actividad. Incluso cuando estoy de viaje o tengo una racha fuerte de trabajo procuro encontrar unos minutos para tomar unas notas sobre aquello que se me pase por la cabeza. Puede ser a la hora de comer, o mientras vas en el tren, da igual. Escribe al menos 15 minutos al día y procura siempre que sea a la misma hora.

2. No dejes que se escape la inspiración

Da igual cuando sea o el lugar, cuando te viene la inspiración no hay quien la pare. Y lo que debes evitar es que esa idea brillante, ese argumento apasionante, se pierda por tu mala cabeza o no haber tenido la viveza de apuntarlo en algún sitio. No importa donde o como lo escribas peor ¡apunta la idea principal!

3. Ten siempre a mano algo para escribir

Si te sobreviene esa repentina inspiración del punto anterior sería un desastre que te ocurriera en medio del campo sin ningún medio donde plasmar un borrador, frases sueltas que te permitan recordarlo a posteriori o lo que sea. Para evitarlo lleva siempre encima una pequeña agenda, cuadernillo, teléfono móvil, PDA o incluso un ordenador portátil. Cualquier medio es bueno para apuntar los conceptos que te permitan desarrollar mas tarde la inspiración frugal que te sorprendió. Ya tendrás tiempo mas tarde para mejorar y ampliar el escrito, editarlo, agregar recursos o desarrollar el concepto.

4. Asígnate tareas

Tampoco puedes estar siempre esperando que la inspiración se aparezca ante ti. Como yo, tendrás una temática sobre la que escribes habitualmente en tu medio. Y debes plantearte una lista de aquellos asuntos de los que debes escribir. No dejes nada al azar en este sentido sino que proponte objetivos claros, con fechas (aunque sean meses) concretas para desarrollar artículos sobre las temáticas o ideas elegidas.

Si eres un escritor capaz, tienes los conocimientos adecuados y has elegido el nicho correcto y adecuado a tu preparación no tendrás problema en conseguir desarrollar un buen material sobre las áreas a cubrir.

5. Da formato al final

Los recursos de estilo siempre deberían ser el último paso de cualquier escrito. A veces incluso echo de menos los antiguos procesadores de textos (vi, LaTeX, incluso WordStar) en los que la interfaz principal era texto puro y duro, y solo en un proceso ulterior era cuando se aplicaban formatos, agregaban recursos, incluso saltos de página.

Actualmente, con los modernos procesadores de texto, algunos casi aplicaciones de maquetación, incluso los modernos editores de publicación online, se suele incurrir en el error de ir aplicando recursos estéticos a medida que se escribe, coartando en ocasiones la misma inspiración.

Yo suelo escribir «de corrido», sin siquiera reparar en la ortografía, y mucho menos en la gramática. Es al final, una vez terminada la redacción, cuando repaso el texto para ir añadiendo elementos que faciliten la lectura, agregando imágenes relacionadas, revisando errores o insertando hiperenlaces que faciliten la comprensión del texto. De paso, te sirve como disciplina para SIEMPRE repasar tus escritos.

6. Aprende de otros

Por mucho que seas una autoridad en el tema objeto de tus escritos siempre es enriquecedor leer lo que otros hacen. Hasta los mas importantes escritores de todos los tiempos dedicaron gran parte de su tiempo leyendo a sus contemporáneos y a los clásicos. No te creas que tu eres mejor que ellos y aprende tanto de los que empezaron antes que tu como de los incipientes noveles que te pisan los talones y con los que tienes seguramente mucho que compartir.

Espero te sirvan estos consejos y compartas también los tuyos.

¿De cuánta utilidad te ha parecido este contenido?

¡Haz clic en las caritas para puntuarlo!

Promedio de puntuación 0 / 5. Recuento de votos: 0

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.

Ya que has encontrado útil este contenido...

¡Sígueme en los medios sociales!

¡Siento que este contenido no te haya sido útil!

¡Déjame mejorar este contenido!

Dime, ¿cómo puedo mejorar este contenido?

¡SUSCRÍBETE A NAVEGANDO CON RED!

Si no quieres perderte ninguna publicación suscríbete a la lista de correo. Recibirás solo un email diario y solo si hay nuevo contenido.

Eventualmente recibirás contenido exclusivo y ofertas especiales.